En diciembre de 2003, la RSM, junto con el Congreso Laboral Canadiense y la Federación Independiente de Trabajadores Hondureños (FITH), presentó un reclamo formal ante la Asociación Trabajo Justo (FLA) concerniente a los despidos injustos de trabajadoras(es) sospechadas de simpatía sindical en la fábrica El Progreso de Gildan Activewear en Honduras.

El reclamo acusaba que había una pauta de violaciones a la libertad de asociación en la fábrica. El 6 de enero, las mismas partes presentaron un reclamo ante el Consorcio por los Derechos de los Trabajadores (WRC). Las investigaciones tanto de la FLA como del WRC confirmaron las acusaciones de la RSM sobre violaciones a los derechos de los trabajadores en la fábrica.

Cuando Gildan anunció luego que cerraba la fábrica El Progreso en medio del proceso de reclamo, la FLA puso la membresía de la empresa bajo revisión y el WRC reportó que la decisión Gildan fue motivada casi seguramente por un ánimo antisindical y con el fin de evitar tener que hacer alguna acción correctiva.

Campañas de base apuntando a Gildan Activewear en Canadá y los Estados Unidos tuvieron éxito en presionar a Gildan a llegar a un acuerdo con la RSM y el WRC de proveer preferencia de contratación a todas las ex trabajadoras(es) de El Progreso, incluyendo simpatizantes sindicales, en sus otras plantas de costura en Honduras. Acordó también cooperar con la verificación del cumplimiento del acuerdo por el Equipo de Monitoreo Independiente de Honduras (EMIH).

En septiembre de 2006, la RSM, el WRC y el EMIH dieron a conocer un reporte conjunto final mostrando que aunque Gildan no había cumplido plenamente con el acuerdo, sí había realizado esfuerzos serios para hacerlo en los últimos meses del proceso.

En diciembre de 2006, la FLA publicó su reporte final sobre el caso, basado en una auditoría de verificación realizada por la Comisión de Verificación de Códigos de Conducta (COVERCO) de Guatemala. Este reporte declara que Gildan “ha remediado la mayoría de los problemas de incumplimiento” surgidos del reclamo de 2003 en sus restantes fábricas, pero que todavía debía tratar con algunos problemas pendientes y “proveer una capacitación mejor y más efectiva, particularmente en temas de libertad de asociación.

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