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Salarios y condiciones mejoran en China con la formación de sindicatos

26-11-2010

Salarios y condiciones mejoran en China con la formación de sindicatos
Por Kathy Chu and Michelle Yun
USA TODAY, Nov 19 2010

Traducción de la RSM

SHAJING, China - Por varias razones, Lan Yimin representa a la nueva generación de trabajadores de fábrica chinos. Ella quiere condiciones de trabajo justas. Tiempo libre para su vida social. Y un trabajo que le pague lo suficiente para un día tener un negocio de té suyo.

Lan, de 22 años, es una de las millones de trabajadoras y trabajadores migrantes que hacen funcionar las fábricas de electrónica, muebles y juguetes en el Delta del Rio Pearl en China. Aunque ella sigue los pasos de sus padres en la línea de ensamblaje, a diferencia de ellos, está menos dispuesta a "tragarse la amargura" - como dicen los chinos - y laborar por magros salario y beneficios. Y con la economía China en un boom, su generación se está atreviendo a más.

"La generación joven tiene un círculo social más amplio; hablamos más sobre las condiciones en la fábrica y sobre nuestros derechos legales," dice Lan en un centro de trabajadores en esta ciudad industrial donde asiste a seminarios sobre cómo manejar salarios atrasados y terminación de contratos.

La creciente concientización de los trabajadores y su disposición a actuar están haciendo subir gradualmente los salarios y mejorando las condiciones en la industria manufacturera. El gobierno de China ya ha actuado para aumentar salarios y estándares laborales hace unos años. Ahora está tratando de mantener un equilibrio delicado entre mejorar los niveles de ingresos de los trabajadores sin que se vayan las corporaciones extranjeras por los mayores costos laborales.

Al crecer los salarios y otros costos aquí, las empresas estadounidenses tendrán que decidir si llevar su producción a otros centros de manufactura asiáticos o aumentar los precios al consumidor estadounidense.

Este año, huelgas en fábricas de Honda y una ola de suicidios en Foxconn - fabricante de electrónica para empresas estadounidenses como Apple y Dell - produjo alarma en corporaciones y el gobierno de que la era de las trabajadoras(es) dóciles había terminado. Todavía sigue habiendo huelgas todas las semanas en China, dicen grupos de derechos laborales, pero el gobierno no permite que se informe sobre ellas. La agitación laboral también está inspirando huelgas en Camboya y Vietnam, cuyas trabajadoras(es) dicen que los ejemplos de sus colegas chinas le dan fuerza.

Por ahora, las trabajadoras(es) de fábricas en China "están sólo haciendo demandas económicas, no políticas," dice Chang Kai, experto en relaciones laborales de la Universidad Popular de Beijing, quien ha asistido a trabajadoras(es) en negociaciones sobre huelgas. Pero la historia muestra que los movimientos laborales no siguen necesariamente caminos lógicos, o pacíficos. Trabajadores ferroviarios y metalúrgicos de los EE. UU. realizaron huelgas masivas en el siglo XIX que condujeron a la violencia cuando las autoridades intervinieron.

En China, "si el gobierno no trata seriamente la lucha de los trabajadores por la negociación colectiva, si decide tratar estas demandas como políticas, entonces esto se convertirá en una lucha política," dice Han Dongfang, activista laboral deportado a Hong Kong por su rol en la protesta de Tiananmen Square de 1989.

Hasta cierto punto, el gobierno chino tolera la agitación de los trabajadores porque reconoce que mayores salarios resultan en mayor gasto que puede estimular la economía. El gobierno quiere que todos los residentes compartan el crecimiento económico del país, dice Juzhong Zhuang, subjefe economista del Asian Development Bank, porque "una mayor desigualdad de ingresos puede llevar a problemas sociales que socaven el crecimiento económico a largo plazo."

El desafío es que el gobierno quiere "ofrecer más protección a los trabajadores, pero está también expuesto a mucha presión de parte de las empresas" que se resisten al cambio, dice Debby Chan, funcionaria de proyectos de la organización Students & Scholars Against Corporate Misbehavior (SACOM), un grupo de defensa de los trabajadores.

Aumenta la agitación laboral

Después de la agitación laboral de este año, el gobierno está haciendo esfuerzos para sindicalizar empresas, dice Lesli Ligorner, integrante de la firma legal Paul Hastings con base en Shanghai quien representa a multinacionales que tienen negocios en China. La idea es que si los trabajadores se incorporan a la Federación Sindical China [All-China Federation of Trade Unions (ACFTU)] controlada por el gobierno y la única organización sindical permitida en el país, tendrán una vía, otra que las huelgas, para presentar sus reclamos.

No obstante hacer que más empresas establezcan sindicatos no significa mucho si esos sindicatos no representan a las trabajadoras(es), dice Han, quien fundó el grupo de defensa de los trabajadores basado en Hong Kong Boletín Laboral de China. "Si tengo sed y me das otro vaso sin agua, seguiré teniendo sed."

En Beijing, Liu Rongli trata de hacer que su empleador sea más receptivo a sus trabajadoras(es).

Dentro de un vasto taller, donde operadores de grúas ordenan pesadas planchas de metal, Liu dirige una reunión del sindicato de la empresa. Un aviso a Gao Wei, y todos los miembros pronto se sientan en un oscuro cuarto. Solo los dos.

El sindicato fue establecido contra todas las posibilidades en septiembre de 2010 gracias a la perseverancia de Liu. Aunque el grupo sigue estando bajo el paraguas de la ACFTU, el nuevo sindicato representa mejor a las trabajadoras(es), según Gao, porque "tenemos una forma de negociar con la patronal."

La ACFTU no respondió a pedidos de una entrevista. Pero un representante sindical describe las reuniones sindicales como asuntos sencillos. El patrón "garantiza decisiones importantes por adelantado," según Liu Ying, trabajador estatal en una gran empresa de energía de propiedad estatal en Dalian, en el este de China.

"El sindicato selecciona delegados de entre todas las trabajadoras(es), personas en quienes podemos confiar, y estos representantes siempre levantan sus manos en aprobación."

Dado que el sindicato es una "herramienta del estado, los derechos laborales van después de la estabilidad social," reconoce Qiao Jian, director del Instituto de Relaciones Industriales de China.

El sindicato tiene sus fortalezas, dice Qiao. Como una prolongación del Partido Comunista, el sindicato puede implementar cambios rápidamente para beneficio de las trabajadoras(es) del país.

Pero hasta que se den cambios importantes, y hasta que las trabajadoras(es) tengan opciones viables para hacer oír sus quejas, las huelgas seguirán en aumento, predice Li Qiang, fundador del grupo China Labour Watch, que tiene oficinas en New York y el sur de China.

No hay cifras oficiales disponibles sobre huelgas. Pero los casos laborales tratados por comités de arbitraje más que duplicaron de 2000 a 2007, a 350,182, según datos del gobierno chino. En 2008, los casos arbitrados subieron a 693,000 después de que se pusieran en vigencia leyes haciendo más barato para las trabajadoras(es) buscar el arbitraje y requerir a los empleadores contratos escritos.

Las trabajadoras(es) jóvenes de fábricas están frustradas porque generalmente no comparten parte en el boom económico del país, dice Eli Friedman, candidato a doctorado de la Universidad de California-Berkeley, quien pasó un año y medio en China estudiando conflictos sindicales. "Quieren construir una vida en la ciudad," dice Friedman. "Pero si una gana 1,000 yuan por mes, no va a alcanzar."

Con una mayor demanda de las trabajadoras(es) por niveles de vida más altos, las empresas tendrán que adaptarse, dice Jeremy Prepscius, director gerente para Asia de BSR, que asesora a sus miembros sobre estrategias de negocios sustentables.

"La vieja forma de manejar el tema laboral es ver a las trabajadoras(es) como un recurso abundante," dice Prepscius. "La nueva forma es ver a las trabajadoras(es) como un recurso escaso."

Precios más altos en EE. UU.

En el Delta del Río Pearl - conocido como la fábrica del mundo - una escasez de mano de obra está dando a las trabajadoras(es) migrantes mayor poder para negociar mejores salarios y beneficios. Se puede encontrar evidencia de esto en las polvorientas calles del sur de China.

En la ciudad de Dongguan, donde tres de cada cuatro residentes son trabajadoras(es) migrantes, carteles de ofrecimiento de empleo en los postes de teléfono compiten por la atención de la gente. De las puertas de las fábricas cuelgan coloridos banners; uno ofrece 1,300 yuan por mes - alrededor de US$200 - por días de trabajo de 8 horas, 26 días por mes.

Dentro de una fábrica del Grupo TAL, miles de trabajadoras(es) producen hasta 33,600 camisas y 7,200 pares de pantalones por día, a veces con música pop china funcional. Muchas trabajan 10 horas por día.

Hay un caos ordenado en la fábrica, un zumbido de manos volando y máquinas de coser. Cada 25-45 segundos, se cose una camisa de vestir para clientes como Brooks Bros. y JC Penney. Un panel electrónico cuelga del techo contando cuánta ropa falta completar durante el turno.

Aunque TAL ha añadido empleadas(os) a sus líneas de producción, está siendo cada vez más difícil reclutar por la escasez de mano de obra, admite Roger Lee, el jefe operativo de la empresa.

Los costos laborales han subido 25% este año debido a aumentos de salarios y beneficios, forzando a la empresa a ser más eficiente.

Sin embargo, aun con las mejoras de productividad, los costos más altos "significan que al final tendremos que pasar" ciertos gastos a los clientes, dice Lee. Las tiendas estadounidenses tendrán luego que decidir si aumentan los precios al consumidor. En la industria textil, el costo laboral representa hasta un tercio de los gastos de producción, según Economist Intelligence Unit, lo que significa que los consumidores estadounidenses probablemente verán precios más altos cuando aumenten los costos en China. En otras industrias, donde el costo laboral representa un porcentaje menor de los costos totales, las empresas estadounidenses pueden estar dispuestas a asumir aumentos de única vez.

Aunque salarios más altos pueden afectar las ganancias de empresas estadounidenses que fabrican artículos en China, también elevan las ganancias de aquellos que venden productos aquí. A medida que el ingreso familiar del consumidor chino crece, habrá un "mercado más fuerte para mercancías y servicios estadounidenses," dice Sandra Polaski, subsecretaria de trabajo de EE. UU.

Condiciones de trabajo inseguras

En su esfuerzo por cumplir las metas de producción, los trabajadores pueden sufrir accidentes y lesiones. Ruan Libing trabajó un mes en la fábrica de electrodomésticos Elec Tech's en Zhuhai, en el sur de China, hasta que una máquina de moldeado le mutiló la mano izquierda. Tuvo que ser amputada.

Ruan, de 22 años, es una de las 60 trabajadoras(es) que perdieron dedos o manos o tuvieron otros accidentes en la fábrica Elec Tech's de Zhuhai de julio de 2009 a junio de 2010, según un informe de agosto de SACOM, el grupo de defensa de los trabajadores. El grupo culpa por los accidentes a la presión a trabajar más rápido, maquinas inseguras e insuficiente capacitación de los empleados.

Eva Chan, vicepresidenta de ventas y marketing de Elec Tech's, dice que la empresa actualizó recientemente todas las máquinas de la fábrica de Zhuhai de manera que requieran dos manos para operar. Desde entonces no hubo accidentes, y el proveedor - cuyas tostadoras y licuadoras se venden en tiendas estadounidenses como Wal-Mart, Bloomingdale's y William Sonoma - no ha perdido clientes según Chan.

Wal-Mart está "monitoreando activamente" las condiciones en las fábricas de sus proveedores y ha pedido a un grupo independiente evaluar la seguridad de las máquinas, dice el vocero de la tienda, Kevin Gardner.

Ambientes de trabajo inseguro y pago inadecuado son comunes según Li, de China Labor Watch. Las empresas estadounidenses comparte la responsabilidad, dice, porque "están alentando la explotación de las trabajadoras(es) chinas contratando con fábricas en base al precio más bajo y la producción más rápida."

La crítica, sin embargo, ignora el hecho de que las empresas estadounidenses están invirtiendo más dinero y recursos para monitorear a sus proveedores, dice Drew Thompson, director de estudios sobre China en el Nixon Center, un grupo de expertos de Washington D.C. "En general, las empresas estadounidenses lo están haciendo bien."

Aún así, expertos laborales piensan en general que China tiene un largo camino adelante para mejorar las condiciones de trabajo. Y el aumento de huelgas y demandas judiciales relacionadas con el trabajo puede estar señalando que las trabajadoras(es) ya no están dispuestas a quedarse quietas esperando.

Los desarrollos son "de una esperanza increíble," dice Charles Kernaghan, director del National Labor Comittee, un grupo estadounidense de defensa de los trabajadores. "Nos estamos refiriendo al despertar de la mayor clase trabajadora del mundo. El cambio vendrá a través de esta gente."

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