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Aumenta la militancia laboral en Asia

24-08-2010

Por Amy Kazmin

Financial Times, 18 de agosto de 2010

Traducción de la RSM

Las trabajadoras/es de la confección en Bangladesh, que producen prendas de vestir para marcas como H&M, Gap y Marks & Spencer, recientemente  recibieron un aumento salarial del 80%, después de protestas violentas en la capital, Dhaka, incendiando automóviles y saqueando tiendas.

Para las trabajadoras/es de la confección peor pagadas del mundo, el aumento en el salario mínimo, que se hará efectivo en noviembre, eleva su salario de US$23 a US$43 por mes. Fue el primer aumento en cuatro años, que ha sido además un período de aumentos de precios de alimentos y combustible. Sin embargo, las trabajadoras/es estaban furiosas de que Dhaka no hubiera accedido a su demanda de un salario de US$75 por mes.

"Esto no es suficiente para la supervivencia de las trabajadoras/es y sus familias," dijo Amirul Haque Amin, presidente de la Federación Nacional de Trabajadores de la Confección de Bangladesh, que tiene alrededor de 23,000 miembros. "El costo de vida - incluyendo alimentos, ropa, vivienda y salud - sube cada vez más."

Las autoridades de Bangladesh arrestaron desde entonces a tres prominentes activistas de derechos laborales, acusándoles de incitar disturbios, cargos que los activistas negaron.

Pero el enojo entre las trabajadoras/es del país es un llamado de atención a las tiendas globales, que esperan poder escapar de los costos laborales en aumento y las huelgas en China, trasladando más producción a otros centros asiáticos de manufactura.

Aunque representan una base de costos más barata que China, los centros industriales de Asia, como Bangladesh, Vietnam, Camboya e Indonesia, cada vez más también están enfrentando agitación laboral e intensa presión hacia el aumento de salarios, al subir los precios de alimentos y otras cosas esenciales.

"No veo muchos países de bajo costo en la región donde no haya presión por mayores salarios," dijo Ifty Islam, socio gerente de la empresa basada en Bangladesh, Asian Tiger Capital Partners. "Está disminuyendo la posibilidad de los empleadores de pagar salarios muy bajos."

Las demandas por mejor salario en toda Asia reflejan mejores oportunidades de trabajo, en economías que están creciendo más rápido que sus mercados occidentales.

"En Asia hay mucho crecimiento y dinamismo y eso está presionando hacia el aumento de salarios," dice el Sr. Islam.

En Camboya, su capital Phnom Penh, recientemente elevó el salario mínimo un 21 por ciento - de US$50 a US$61 por mes. Porcentaje  por debajo del  que los 273 sindicatos más activos de Camboya exigían, aunque no se materializó una huelga de tres días en toda la industria.

El año pasado, Vietnam registró 200 huelgas de trabajadoras/es afectadas por una inflación del 9 por ciento. En abril, por ejemplo, casi 10,000 trabajadoras/es pararon en una fábrica de calzado de propiedad taiwanesa, demandando mejor salario.

En Indonesia - donde sindicatos poderosos, con millones afiliados, tienen  un rol crucial en negociar con los empleadores - los salarios mínimos, establecidos por autoridades regionales, han estado aumentando.

En 2008, Jakarta elevó el salario mínimo local en un 10 por ciento, llegando a cerca de US$100 por mes, aunque los salarios en las regiones más remotas del país son la mitad de esto.

No obstante, Indonesia también ha registrado una oleada de huelgas en fábricas textiles, incluyendo un paro de un día el mes pasado en Bandung, donde 40,000 trabajadoras/es de varias empresas pararon en protesta contra el aumento del precio de la electricidad.

También en India, Nokia, el fabricante finlandés de teléfonos celulares, Bosch, el fabricante alemán de autopartes, Hyundai de Corea del Sur, Volvo y muchas otras empresas locales han debido enfrentar una mayor agitación industrial.

Pero en ningún lado la ira de las trabajadoras/es fue  tan palpable como en Bangladesh, donde incluso Sheik Hasina Wajed, la primer ministro del país, se refirió al salario mínimo actual "no sólo insuficiente, sino inhumano."

En Bangladesh, los precios  de los alimentos han aumentado alrededor del 31 por ciento desde el último aumento del salario mínimo en 2006 - antes de lo cual las trabajadoras habían estado 12 años sin ningún ajuste salarial. Nazma Akter, presidenta de la Asociación de Trabajadores de la Confección de Sommilito, dice que las trabajadoras/es "ganan dinero para tratar de sobrevivir. Pero no les alcanza para sobrevivir. Sus necesidades diarias ... son muy caras."

Los dueños de fábricas dicen que el nuevo salario mínimo es muy generoso en el mercado global actual, pero Korshed Alam, activista de derechos laborales basado en Dhaka, dice que el poder de compra de los salarios de las trabajadoras/es se ha erosionado gravemente desde la década de 1990. "Su enojo está bien justificado," dijo.

Sin embargo, Dhaka es más bien sensible a los intereses de los propietarios de fábricas de confecciones, de los cuales 29 son diputados en el parlamento de un total de 300 miembros, mientras que otros tantos legisladores tienen inversiones en fábricas de confecciones. Los críticos dicen que esos intereses hacen que Dhaka esté genuinamente indispuesta a relacionarse con los grupos laborales.

"No hay relaciones industriales," dice el Sr. Alam. "La actitud  es totalmente  arrogante y feudal. Propietarios y gobierno creen que están ayudando a las trabajadoras/es. Las trabajadoras/es no están siendo tratadas como tales, se les trata como mendigos."

Información adicional de Anthony Deutsch en Jakarta y Tim Johnston en Phnom Penh.

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