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Ahora Bangladesh es demasiado barato para algunas marcas

29-03-2010

Ahora Bangladesh es demasiado barato para algunas marcas

Francia 24, International News, 21 marzo 2010

Traducción por RSM

 

El proceso de subcontratar producción, por parte de empresas occidentales, se trata en realidad de encontrar mano de obra barata para reducir costos. Pero ahora en Bangladesh, a algunos grupos de tiendas minoristas los salarios que ahí se pagan les están resultando demasiados bajos para sentirse tranquilos.

 

A medida que aumentan los costos laborales en China, gigantes occidentales como Wal-Mart y H&M están trasladando cada vez más producción a fábricas en Bangladesh, donde ahora algunos de ellos se están encontrado del mismo lado que los sindicatos en una alianza inusual.

 

El país sudasiático, de 144 millones de habitantes, sufre cortes de electricidad crónicos y tiene una pobre infraestructura, pero es uno de los destinos de manufactura más baratos en el mundo debido en gran parte a que los salarios de los trabajadores y trabajadoras de fábricas son de US$ 25.00 por mes.

 

Las condiciones de hacinamiento en los lugares de trabajo y los accidentes frecuentes, como el incendio del mes pasado, que costó la vida de 21 personas en una fábrica que producía prendas de punto para H&M, preocupan a las empresas occidentales dependientes de su propia imagen.

 

Por primera vez, ahora estas empresas se están expresando al respecto.

 

“Es absolutamente inaceptable que los salarios mínimos sean de sólo 25 dólares,” dijo a AFP el jefe de una gran tienda occidental, radicado en Dhaka, hablando en condición de anonimato.

 

“Pagamos lo suficiente a los dueños de las fábricas, pero no creo que los beneficios bajen a los trabajadores o se usen para mejorar las condiciones,” dijo.

 

En enero, compradores incluyendo a Wal-Mart, H&M, el gigante francés Carrefour y Levi Strauss, escribieron al primer ministro diciendo que “los salarios por debajo de la línea de pobreza … contribuyen a la agitación” entre los trabajadores  y trabajadoras y es algo que debe enfrentarse.

 

Los salarios mínimos actuales “no alcanzan para las necesidades básicas de las y los trabajadores y sus familias,” dice la carta, añadiendo que el gobierno debe establecer un consejo de revisión para reevaluar el salario mínimo del país.

 

“El aumento del costo de vida durante 2008 y 2009 ha contribuido a la agitación entre las y los trabajadores del sector de confecciones, dado que los salarios no han sido revisados regularmente,” dice la carta.

 

Las 4,500 fábricas de confecciones de Bangladesh constituyen la mayor fuente de empleo en el país, dando trabajo a 2.5 millones de personas o 40 por ciento de la fuerza de trabajo industrial del país.

 

El año pasado el país fue uno de los tres mayores exportadores de confecciones, con envíos que subieron un 10 por ciento, llegando a 12.300 millones de dólares, alrededor del 80 por ciento de las exportaciones totales del país.

 

“Pero los trabajadores son más pobres que nunca. No se puede comprar comida con 25 dólares por mes, y ni hablar de pagar alquiler,” dice Mosherega Mishu, una mujer de mediana edad  que lidera al sindicato más conocido del país, el Sindicato de Unidad de los Trabajadores(as) de la Confección.

 

Para Mishu, un “círculo vicioso” de dueños de fábricas avaros, empresas occidentales y el gobierno que sólo quiere ver crecer las cifras de exportación, ha “atrapado a miles de trabajadores y trabajadoras en la pobreza.”

 

Con personas desarrollando campañas como Mishu, la mejora del salario es actualmente un tema práctico para las tiendas y marcas compradoras, dado que la industria ha sido paralizada por las huelgas a causa de una inflación de dos dígitos el año pasado.

 

Pero la aparente preocupación de los compradores occidentales es considerada como pura publicidad por los dueños de las fábricas, quienes dicen que los salarios son bajos debido a que marcas y tiendas les bajan los precios de los pedidos o por la caída del consumo global.

 

“No es justo que quieran que subamos los salarios de las y los trabajadores, mientras las tiendas y marcas compradoras continúan bajando sus precios,” dice el dueño de fábrica Shafiul Islam Mohiuddin, quien es vicepresidente del principal grupo de exportadores del país.

 

Los expertos coinciden, diciendo que las tiendas minoristas están tratando de trasladarle la culpa a los dueños de las fábricas para evitar la publicidad negativa en sus mercados domésticos.

 

“Las compras éticas son una hipocresía,” dice Mustafizur Rahman, un analista de comercio y ex profesor en la Universidad de Yale.

 

“Los compradores hablan de temas de cumplimiento como las condiciones laborales, el aumento de salarios y mayor seguridad. Pero cuando se trata de hacer órdenes de compra, siempre prefieren las fábricas que ofrecen los precios más bajos,” dice.

 

Sin embargo, el comprador occidental, radicado en Dhaka, dice que las tiendas están cada vez más sensibles a las revelaciones sobre condiciones de trabajo en sus cadenas de suministros, conscientes de que los consumidores están interesados en cómo y dónde se hacen las prendas baratas que compran.

 

Desde el comienzo de 2010, varias marcas internacionales que se aprovisionan de prendas de vestir en Bangladesh desde hace mucho tiempo, han establecidos sus propias oficinas locales en Dhaka.

 

La marca española Zara, la marca estadounidense JC Penney, la japonesa Uniqlo y las tiendas británicas Tesco y Marks & Spencer, que antes compraban a través de intermediarios de Nueva Delhi o Hong Kong, ahora tienen sus sucursales en la capital de Bangladesh.

 

Esto les permite monitorear “la administración de la cadena de suministros y temas de cumplimiento,” dice el comprador occidental: en otras palabras, vigilar las condiciones en que se producen sus artículos de marca.

 

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