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17-12-2009
Una creciente evidencia sugiere que se cometió fraude en las elecciones nacionales del 29 de noviembre en Honduras, pero el fraude no fue en contra de la minoría que votó; fue en contra de la mayoría que se abstuvo.
Los resultados de la elección presidencial nunca estuvieron en duda. Porfirio "Pepe" Lobo del partido de derecha Partido Nacional ganó fácilmente sobre Elwin Santos del Partido Liberal. Ambos candidatos habían apoyado activamente el golpe militar del 28 de junio.
La lucha real era entre el depuesto presidente Miguel Zelaya y el Frente Nacional de Resistencia por un lado y la elite política y económica detrás del golpe por el otro.
Zelaya y la resistencia. Así como aproximadamente 100 candidatos presidenciales, congresistas y alcaldes que se retiraron de la carrera electoral, habían llamado a los votantes registrados a boicotear las elecciones como muestra de oposición al golpe. Los partidos tradicionales y el ejército, mientras tanto, habían señalado a quienes no votaran como de falta de patriotismo, y a aquellos que promovían el boicot como traidores, comunistas y terroristas.
Represión contra los promotores del boicot
En los últimos días de la campaña, la represión contra quienes promovían el boicot aumentó significativamente.
El día antes de la elección, fuerzas de seguridad destruyeron las oficinas y centro de capacitación de COMAL, una red alternativa de comercio de productos agrícolas apoyada por los cuáqueros.
Los soldados, que dijeron que buscaban armas y materiales "subversivos", confiscaron cuatro computadoras, fotos de miembros de COMAL que participaban de protestas contra el golpe, testimonios de abusos a los derechos humanos bajo el golpe, una lista de empleados y participantes en los talleres de capacitación de COMAL, así como el dinero que había en la caja.
Si el día mismo de la elección fue relativamente pacífico fue porque la Resistencia pedía a sus simpatizantes que permanecieran en sus casas para evitar enfrentamientos violentos con los militares. Sin embargo en San Pedro Sula, el centro de la industria de la maquila, donde los miembros locales de la Resistencia realizaron una gran y pacífica demostración contra el golpe, las fuerzas de seguridad respondieron atacando a los manifestantes con hidrantes y bastones y arrestando a 38 personas, incluyendo dos observadores internacionales de derechos humanos del Consejo Latinoamericano de Iglesias.
Concurrencia de votantes
En la noche de la elección, el presidente del Tribunal Supremo Electoral (TSE) proclamó que el 62% de todos los votantes habilitados había desafiado el llamado de Zelaya al boicot, legitimizando así el proceso electoral y la transferencia del poder a un nuevo gobierno electo.
No obstante los resultados preliminares del TSE fueron dramáticamente diferentes de los de una organización observadora que trabajaba con el TSE, Hagamos Democracia, que informó una tasa del 47,6% de participación de votantes.
Y se contradecían completamente con la cifra del 65% de abstención dada a conocer por el Frente Nacional de Resistencia en una conferencia de prensa el día después de la votación donde anunció la victoria de su campaña de boicot de la elección.
A pesar de la amplia discrepancia en las tasas proyectadas de participación de votantes, la cifra del 62% es la citada repetidamente por los medios internacionales. Fue también usada por los gobiernos estadounidense y canadiense para justificar su apoyo a la elección como un paso importante para volver al orden constitucional.
La masiva participación de votantes que se informó fue también un tema mayor en el debate parlamentario hondureño el 2 de diciembre donde sólo 14 de los 128 miembros del Congreso se atrevieron a votar a favor de la restitución de Zelaya, lo cual le habría permitido completar su término encabezando un gobierno de unidad.
Luego, dos días después, el 4 de diciembre, el TSE dio a conocer subrepticiamente cifras revisadas que indicaban que sólo el 49% de los votantes habilitados habían realmente ido a votar.
Más recientemente, la "Real News Network" dio a conocer un video revelando que la estimación original de participación de votantes del TSE era del 49% y que el informe de la noche de la elección fue fantasía pura.
El video incluye entrevistas personales con personas que trabajaban en una de las mayores centros de votación en San Pedro Sula, revelando que la participación promedio en ese centro era del 39%.
Quizás nunca sepamos la verdad sobre la cantidad de hondureños que permanecieron en sus casas en protesta contra el golpe y/o porque no tenían fe en el proceso electoral. Lo que sí sabemos es que votó menos del 50 por ciento de la población.
Un futuro incierto
Al contrario de lo expresado por los gobiernos de EE. UU. y Canadá de que las elecciones fueron un paso importante hacia la reconciliación nacional y un retorno al orden constitucional, los partidarios del golpe que triunfaron en la elección no han mostrado interés en la reconciliación con el presidente Zelaya o los miembros de la Resistencia.
A medida que la atención internacional cambia de la crisis hondureña a otros lugares calientes del planeta, podemos anticipar que la represión política aumentará en lugar de disminuir.
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