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El costo humano de un teléfono de moda

05-10-2008

Simon Parry
South China Morning Post

Traducción de RSM

La fábrica de Dongguan que hace los iPhones no es la favorita de los trabajadores.

Su empresa es la sensación del momento y su nuevo producto revoluciona el mercado de los teléfonos móviles de Hong Kong. Pero el ejecutivo de Apple, Tim Mohin, es reticente a hablar sobre una reunión que tuvo en Hong Kong hace 11 días para hablar sobre el iPhone.

"Yo sólo hago mi trabajo", dijo el Sr. Mohin por teléfono desde su habitación del hotel Gran Hyatt, poco antes de volar de regreso a las oficinas centrales de Apple, en California, el jueves pasado. "Debo decirle que desafortunadamente no estoy realmente autorizado para hablar con la prensa."

Su reticencia a hablar quizás sea comprensible. Después de todo, la reunión que tuvo durante la cena la noche anterior no fue para discutir el gran éxito del iPhone 3G en Hong Kong desde su lanzamiento en julio pasado, o la perspectiva de una mayor aceleración en las ventas, ahora que Apple lanza aparatos desbloqueados.

Más bien se trató de un encuentro mas delicado para hablar sobre acusaciones de abuso laboral en una fábrica de propiedad taiwanesa en Dongguan, donde grupos de derechos laborales dicen que se fabrican las cámaras y otros accesorios para iPhones marca Apple.

El Sr. Mohin es un ejecutivo de alto rango de responsabilidad de proveedores. Del otro lado de la mesa se sentaban dos representantes del grupo de presión basado en Hong Kong, Estudiantes y Académicos Contra la Mala Conducta Empresarial (SACOM por sus siglas en inglés).

Las conversaciones se realizaron bajo el compromiso estricto de que los detalles de las discusiones no serían revelados, y ambas partes se adhirieron con rigidez al acuerdo cuando fueron contactadas por el Sunday Morning Post. "La reunión fue realizada bajo las Normas de Chatham House", dijo el Sr. Mohin.

Sin embargo, coincidió con la publicación de un informe de investigación de SACOM, financiado por la Unión Europea, que examina las condiciones de trabajo en varias fábricas que hacen partes y accesorios de teléfonos móviles en China y Las Filipinas.

El informe detalla los reclamos por las condiciones de los trabajadores - la mayoría mujeres de 18 a 30 años de edad de provincias pobres - en la fábrica Primax de Dongguan, donde dice el informe que se fabrican cámaras del iPhone y otros de sus accesorios. Esa parte del informe es algo sobre lo que Jenny Chan, coordinadora jefa de SACOM y una de las dos representantes de la organización que se entrevistaron con el Sr. Mohin, tiene libertad para hablar.

El informe - duramente cuestionado en algunas áreas clave por funcionarios de Primax - sostiene que los trabajadores han estado trabajando hasta 100 horas de tiempo extra por mes, aparte de sus 168 horas normales, para cumplir con las metas de producción, lo que es una violación de las leyes laborales locales.

Dice que se hacía trabajar a las mujeres siete días por semana en periodos de producción pico y que sus salarios eran retenidos si cometían errores por el cansancio. Sostiene que los trabajadores allí se quejaban de dolor de espalda, irritación de los ojos y calambres musculares debido a las arduas condiciones de trabajo.

Los investigadores que visitaron la fábrica, la cual tiene 8,500 empleados, dicen que los trabajadores les dijeron que les pagaban las horas extra por debajo del estándar mínimo por trabajar en feriados públicos, y que no se les dio copia de sus contratos laborales.

Las acusaciones, basadas en visitas a la fábrica y entrevistas con trabajadores por parte de investigadores de SACOM en marzo y junio, están incluidas en un informe compilado por el grupo de consumidores de electrónica "Make It Fair" y publicado en septiembre. Una trabajadora de Primax es citada en el informe titulado "Silenciada para Entrega" [Silenced to Deliver], quien dijo que las trabajadoras que "se ponen nerviosas y cometen errores" - cuando las órdenes se acumulan y las horas son largas - son multadas con medio día de pago. "Nuestro trabajo es muy estresante", le dijo a un investigador. "Cuando marcamos la tarjeta por la noche, estamos totalmente exhaustas."

La Sra. Chan señaló que el informe surgió después que Apple admitiera condiciones laborales menos que perfectas en Foxconn, otra fábrica en Shenzhen de propiedad taiwanesas que hace iPods, después de investigaciones periodísticas en 2006.

"Apple dice que aprendió una lección del escándalo de iPod, pero sólo dos años después, en otra planta manufacturera en el sur de China, encontramos abusos laborales en una fábrica de iPhones de Apple," dijo.

Los consumidores occidentales que compran estos iPhones inteligentes y de moda sufrirán desilusión y asombro al saber que estas jóvenes mujeres tienen que trabajar hasta 12 horas por día para hacerlos y sin contar con alguna seguridad social."

La Sra. Chan dice que la falta de un seguro apropiado era, desde su punto de vista, uno de los hallazgos más preocupantes en el informe sobre Primax. "Si los trabajadores están enfermos, tienen que tomar permisos sin pago y comprar remedios en las tiendas locales," dijo. "Encontramos también que estos trabajadores han estado haciendo demasiadas horas extra y que están muy exhaustos para concentrarse. Cometen errores y les deducen dinero de su paga."

Según la Sra. Chan, una respuesta escrita de Primax, enviada a SACOM antes de la publicación del informe, decía que la fábrica estaba examinando el tema de las horas extra y que había comenzado a organizar el seguro de los trabajadores. "Lo que queremos saber es por qué no lo hicieron desde un principio? dijo."

"Es una violación de la legislación laboral china. También nos preocupa que en respuesta a este informe reducirán las horas de trabajo pero aumentarán el indicador de producción por hora. Esto hará que la carga de trabajo sea más condensada, de manera que media persona será ahora responsable por el trabajo de 2 personas."

En una declaración detallada la semana pasada, Primax negó que se hiciera trabajar a los trabajadores hasta 100 horas extra por mes. Dice que los funcionarios laborales de Dongguan permitieron 216 horas extra cada seis meses y añade: "Estamos haciendo ajustes para cumplir con esa regulación."

"Esto nos permitirá mantener un equilibrio entre las necesidades del negocio y los requerimientos regulatorios. Los investigadores independientes que conocimos, todos encontraron esta solución aceptable."

La declaración insiste que Primax "cumplía plenamente" con la ley sobre salarios y pago de horas extra, y sostiene que a todos los trabajadores se les dio copia de su contrato laboral dentro del lapso de un mes después de ser contratados y que estaban cubiertos plenamente con seguro por lesiones y seguro médico, así como pensiones.

Esa afirmación sobre seguros pareciera estar en contradicción con la respuesta por escrito que fue enviada a SACOM en junio por la vocera de Primax Nancy Hsu, radicada en Taiwán, que decía: "Estamos mejorando nuestros programas de seguros para estar en cumplimiento pleno con las leyes laborales antes de que termine 2008."

En cuanto al tema de las multas a los trabajadores que no alcanzan a cumplir las metas de producción, la declaración dice: "Nosotros establecemos metas de producción, en su mayor parte como base de premios más que de castigos. No ponemos multas ni deducimos salarios [de los] trabajadores sólo porque no cumplen con las metas." La declaración también cuestiona las afirmaciones de un ambiente de trabajo que afecta la salud de los trabajadores. "Hay un programa establecido de administración de la salud ocupacional, para identificar los riesgos ocupacionales en el lugar de trabajo," dice.

"Aquellos trabajadores que están potencialmente expuestos a riesgos ocupacionales para la salud tienen una vigilancia médica ocupacional anual, y en junio de 2007 se desarrolló un proceso para seguir y evaluar anualmente la higiene industrial y la frecuencias de enfermedades."

Simon Cheng, director de recursos humanos de Primax China, atacó el informe sobre las condiciones en la fábrica como "unilateral y prejuicioso."

Dijo: "Primax China puede no ser una empresa perfecta pero hacemos esfuerzos para mejorar continuamente nuestras condiciones de trabajo y de vida, y hemos hecho muchos progresos en los últimos años. Estos progresos no deben ser ignorados o desacreditados."

Desde el punto de vista de Apple, la persona probablemente más capacitada para responder preguntas sobre las condiciones en Primax, el Sr. Mohin, declinó responder preguntas sobre las acusaciones contenidas en el informe.

En su lugar, refirió el asunto al vocero de la empresa, Steve Dowling, en las oficinas centrales de Apple, en California. El Sr. Dowling declinó referirse a los puntos específicos planteados en el informe y, siguiendo la política de Apple de no revelar la identidad de sus fábricas contratistas en China, tuvo cuidado en no reconocer el rol de Primax en la producción de iPhones.

Dijo en una declaración: "Cualquier socio con el que trabajamos estará de acuerdo en adherirse a nuestro detallado código de conducta del proveedor, que considera todo, desde condiciones de trabajo seguras hasta usar procesos de manufactura ambientalmente responsables. Para lograr el cumplimiento, realizamos auditorías exhaustivas en los lugares de trabajo conducidas por empleados de Apple en conjunto con terceros expertos."

Debido al secreto que las rodeó, nadie aparte de los que estuvieron presentes conoce el resultado de las conversaciones entre el Sr. Mohin y los representantes de SACOM la noche del 24 de septiembre. Sin embargo, cualesquiera que esas hayan sido, quedó claro que la Sra. Chan y sus colegas creen que Apple podría tener un mayor rol en mejorar las condiciones para los trabajadores en las fábricas en China que hacen sus productos de gran venta.

"Este es un mercado muy competitivo," dice. "Las empresas de grandes marcas, cuando se aprovisionan en China, presionan los precios hacia abajo y los llevan al mínimo exigiendo al mismo tiempo plazos cortos de entrega."

Esta es la causa de raíz de todos los problemas laborales. Primax debe hacerse responsable por algunas cosas, pero las empresas de marcas como Apple deben ser conscientes de las implicaciones de sus políticas de compras sobre los trabajadores."

Un paso importante hacia delante, sostiene, sería que Apple siguiera el ejemplo de otras empresas de tecnología que operan en China, como Hewlett-Packard y Fujitsu-Siemens, y hacer pública su lista de proveedores más que mantenerla en secreto.

"Sería más fácil para nosotros establecer nuestra estrategia de investigación si sabemos dónde están los proveedores chinos," dice la Sra. Chan.

"Podemos ir allí directamente y visitar los dormitorios y hablar con los trabajadores y conocer sobre sus condiciones."

"Queremos que Apple sea más transparente y responsable con el público. Los consumidores tienen derecho a saber si el iPhone que compran está hecho en una fábrica decente o en una que explota a los trabajadores."

Informe completo en inglés: Silenced to Deliver: Mobile phone manufacturing in China and the Philippines (September 2008),
Se puede bajar en: www.makeitfair.org and www.sacom.hk.
Información para consumidores que quieren actuar sobre esto (en inglés):
http://makeitfair.org/take-action.

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