BIENVENIDAS Y BIENVENIDOS AL ARCHIVO(1994-2014) de la Red de Solidaridad de la Maquila. Para información actual sobre nuestro trabajo sobre salario digno, derechos laborales de las mujeres, libertad de asociación, responsabilidad social empresaria y salud y seguridad en Bangladesh visiten nuestro sitio web, lanzado en octubre de 2015 www.maquilasolidarity.org/es
07-12-2012
Para cualquiera que tenga conocimiento sobre la industria de la confección en Bangladesh, la pregunta no es sí, sino cuándo, dónde y cómo ocurrirá el próximo desastre.
Después del catastrófico incendio en la fábrica Tazreen Fashion, en Dhaka, nosotros sabemos la respuesta. Lo que posiblemente fue una falla eléctrica, parece haberse combinado con la falta de medidas básicas de seguridad contra incendios en la fábrica, como salidas de emergencia alternativas, extinguidores funcionando y trabajadoras(es) capacitadas, lo que resultó en la muerte de 122 trabajadoras y trabajadores.
Pero hay otra pregunta más pertinente: dado que la falta de medidas básicas de seguridad hizo que esta tragedia fuera totalmente predecible y prevenible, ¿por qué las grandes marcas norteamericanas, cuyos productos se hacían en la fábrica, no hicieron nada para prevenirlo?
Tampoco se trata de que este haya sido el primer incendio en fábricas de confecciones de Bangladesh. En los últimos seis años más de 600 trabajadoras(es) han muerto en incidentes similares. En diciembre de 2010, por ejemplo, un gran incendio en la fábrica Hameem Group provocó la muerte de al menos 28 trabajadoras(es), muchas de las cuales, como las de Tazreen Fashion, saltaron hacia su muerte desde los pisos superiores tratando de escapar de las llamas.
No es un secreto que además de ofrecer a las grandes marcas de ropa compradoras unos de los costos laborales más bajos del mundo, Bangladesh hace muy poco para hacer cumplir sus regulaciones de construcción y seguridad, en una industria que representa casi el 80% de sus exportaciones. En lugar de ello, Bangladesh es conocido por atacar y reprimir a sindicatos y defensores(as) de los derechos laborales que le plantean estas preocupaciones.
No obstante, las grandes marcas de ropa hacen fila para aprovisionarse en las fábricas de Bangladesh. En cualquier tienda canadiense de ropa está casi garantizado que uno va a encontrar etiquetas que digan “Made in Bangladesh” en las prendas. Algunas tiendas canadienses, de hecho, compran ropa de fábricas propiedad del Tuba Group, dueños de la fábrica Tarzeen. Con pocas excepciones, estas mismas marcas internacionales han hecho muy poco para resolver con seriedad el problema de la seguridad en edificios y contra incendios en las fábricas que hacen su ropa. Aunque los dueños de las fábricas son los directamente responsables por asegurar que se cumplan los estándares de seguridad, y los gobiernos responsables por hacer cumplir las regulaciones de manera contundente, seguramente cada marca de ropa querría asegurarse que sus propios productos no sean hechos en fábricas que son trampas mortales.
Hay que ser claros en algo: los accidentes pueden pasar y pasan, sin importar dónde se haga el producto. Sin embargo, lo que convierte a un accidente en una catástrofe es cuando un empresa no implementa ni la más mínima medida de seguridad, como salidas de emergencia sin obstrucciones, inspecciones del sistema eléctrico, extinguidores funcionando y capacitación a las obreras(os) para casos de evacuación.
No tiene que seguir siendo así. Dos empresas internacionales, PVH Corp (dueña de las marcas Calvin Klein y Tommy Hilfiger) y la tienda alemana Tchibo, ya se han comprometido a implementar un programa integral de seguridad contra incendios, en conjunto con sindicatos y ONGs locales e internacionales. El programa, que incorporará a las trabajadoras(es) directamente implementaría estándares de salud y seguridad en sus fábricas y haría pública la información sobre las fábricas que no corrigen los problemas más serios, lo cual sería un gran avance para que la industria de Bangladesh pueda prevenir más tragedias.
Todo lo anterior nos lleva a la última y definitiva pregunta: ¿por qué grandes marcas como Wal-Mart, Gap, JC Penney y Target no se suman a la implementación de este programa?
Kevin Thomas, Director de Defensa y Promoción de la Red de Solidaridad de la Maquila, una organización de derechos laborales y de las mujeres, localizada en Toronto, Canadá.