03-06-2014

El 30 de mayo las cortes camboyanas dictaron que los 23 trabajadores y defensores de los derechos humanos, arrestados en enero pasado, eran culpables de provocar violencia durante la huelga masiva que exigía un aumento justo del salario mínimo en el país.

Sin embargo, para sorpresa de muchos, las cortes determinaron suspender las sentencias y ordenaron liberar a las 21 personas, que habían  permanecido detenidas por cinco meses.

Aún es incierto que sucederá con ellas; están enfrentando altas fianzas y podrían ser arrestadas de nuevo si participaran en huelgas o protestas. La organización internacional Human Rights Watch ha pedido que se eliminen sus sentencias así como sus antecedentes penales.

Dada la ausencia  total de evidencia creíble presentada en los juicios, parece que de la única cosa de la que son culpables las 23 personas  es del delito de defender el derecho de las trabajadoras(es) a un salario que les alcance para cubrir sus necesidades alimenticias y otras necesidades básicas.

Mientras los dueños de fábricas continúan calificando los numerosos incidentes de desmayos  de trabajadoras en las fábricas como histeria femenina masiva, varios estudios recientes identifican a los salarios de hambre, las extensas jornadas de trabajo y las fábricas demasiado calurosas como las causas reales de esos desmayos.

Para su crédito, las grandes marcas de ropa, cuyos productos se hacen en Camboya, han jugado un papel significativo en ayudar a lograr la liberación de los activistas arrestados.

El 26 de mayo, una delegación de marcas, incluyendo H&M, Inditex, Gap, Levi’s y Puma, junto con los Sindicatos Globales, se reunieron con el gobierno camboyano para reiterar su mensaje de que “la estabilidad política y el respeto de los derechos humanos y laborales son esenciales para mantener su aprovisionamiento en Camboya.”

Según el Sindicato Global IndustriALL, las marcas se comprometieron a ajustar sus precios para estar en concordancia con un aumento del salario mínimo. Sea que cumplan esa promesa o no aún está por verse.

Finalmente, no habrá solución a las causas subyacentes de los disturbios obreros en Camboya a menos que las marcas estén dispuestas a pagar precios justos por prenda a sus proveedores, que les permitan pagar salarios a las trabajadoras(es) que les alcancen para cubrir sus necesidades nutricionales y otras necesidades básicas.

Sin embargo, en estos momentos, sin embargo, queremos unirnos a las familias, colegas y amigos de las 23 personas liberadas, así como a todos aquellos que trabajaron tanto para su liberación, celebrando su libertad.

Por Lynda Yanz por parte del equipo RSM