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05-11-2013
Foto: CITIEN
En agosto, el centro de Reflexión y Acción Laboral (CEREAL) de Guadalajara, México, dio a conocer su reporte 2012 sobre temas y casos de violaciones a los derechos laborales en la industria de manufactura de electrónica del país.
El reporte destaca el problema de los contratos de protección patronal, que son firmados entre cientos de manufactureras de electrónica y dirigentes sindicales que no han sido electos por ninguna base trabajadora.
En un caso descrito en el reporte, una trabajadora de una fábrica de Foxconn dijo que fue amenazada y despedida por pedir que se respetara el derecho de las trabajadoras(es) de su planta a elegir sus delegados sindicales.
En casos como esos, “los sindicatos, lejos de cumplir su papel de mediadores, se convierten en cómplices pasivos de la empresa,” dice el reporte.
Según el reporte, “prácticamente todos los trabajadores de la industria electrónica en Guadalajara pertenecen a un sindicato, pero casi ninguno de ellos lo sabe.” Se señala que había 481 sindicatos de empresa registrados en Guadalajara y las comunidades de los alrededores en el Estado de Jalisco a fines de 2012, los cuales tenían firmados contratos colectivos de trabajo con 35,674 empresas.
CEREAL señala que un solo individuo, Enrique Torres Ibarra, estaba registrado como líder de dos sindicatos de empresa y que a través de los cuales había firmado contratos colectivos con 466 empresas.
El reporte también describe el problema creciente del trabajo precario, que está asociado al uso de contratos de corto plazo y a las agencias de empleo tercerizadas. Entre febrero y junio de 2012, Nokia despidió a 780 trabajadoras(es). Hacia finales de ese año, el 50 por ciento de esas trabajadoras(es) habían sido recontratadas, ya fuera bajo contratos por seis meses o a través de Manpower, una agencia de contratación tercerizada.
“Me despidieron a fines de junio de 2012, y el 30 de julio me llamaron de Recursos Humanos para preguntarme si quería volver a trabajar, pero contratada a través de Manpower,” dijo una trabajadora. “Sé de compañeras que ya han sido llamadas y las van a tener en cuenta para contratarlas bajo contratos de siete días, con salarios menores y menos prestaciones.”
Un experimento único
Los informes anuales de CEREAL son parte de un experimento único en el cual la ONG, auspiciada por los jesuitas, ha negociado un “acuerdo” con las manufactureras y marcas de electrónica en el Estado, bajo el cual juega el papel de recibir e investigar las quejas de trabajadoras(es) sobre violaciones a sus derechos en las fábricas de electrónica en el área de Guadalajara, conocida como el “Silicón Valley” o Valle del Silicio de México.
El acuerdo es un mecanismo de resolución de conflictos en cuatro etapas. En la primera, una trabajadora o trabajador puede presentar su queja por violación de un derecho laboral directamente a la gerencia de la empresa en la que trabaja. Si el problema no se resuelve en esa etapa, la trabajadora(or) puede llevar su queja a CEREAL, quien investiga el caso y luego lleva sus conclusiones a la atención de la gerencia.
Si CEREAL y el empleador no pueden acordar una resolución al problema en la segunda etapa, el caso puede ser presentado ante la asociación local de la industria. Si en esa tercera etapa aún no se llega a una resolución satisfactoria, CEREAL tiene la opción de llevar el caso a la atención de las marcas compradoras, cuyos productos se manufacturen en la fábrica en cuestión.
Si continua sin haber una resolución aceptable en esta etapa final, CEREAL puede hacer público el caso en sus informes anuales y en los medios de comunicación.
Según Jorge Barajas, de CEREAL, “el acuerdo ha servido para solucionar casos de manera individual, pero todavía no ha servido para solucionar los problemas de raíz, como la falta de libertad de asociación.”
Se puede acceder al reporte de CEREAL aqui.
Para más información sobre el mecanismo de resolución de conflictos de CEREAL haga clic aquí.
Trabajadoras(es) de la electrónica desarrollan sus capacidades de negociación con empresas
En septiembre de 2013, 41 miembros de la Coalición de Extrabajadoras(es) y Trabajadoras(es) de la Industria Electrónica Nacional (CETIEN) se reunieron en Guadalajara, en un taller de tres días sobre cómo negociar efectivamente con empresas en temas de derechos laborales.
La mayoría de las trabajadoras(es) que participaron en el taller provenían del área de Guadalajara, aunque hubo también representación de otras ciudades como Monterrey, Reynosa y Mexicali. Integrantes de CEREAL y de la RSM facilitaron el taller.
El taller fue copatrocinado por CETIEN y CEREAL-GDL, que adaptó una metodología y materiales desarrollados por la RSM para un taller similar realizado en mayo, en San Salvador, con mujeres lideresas de sindicatos y organizaciones de mujeres que trabajan con obreras de la maquila en Centroamérica y México.
Las y los participantes del taller de Guadalajara mapearon la industria electrónica mexicana, identificando las grandes marcas y sus vínculos con sus proveedores mexicanos en varias de sus regiones. Aprendieron cómo documentar casos específicos de abusos a sus derechos e hicieron juego de roles para simular reuniones con personal de las empresas, intentando utilizar la información que tenían para convencer a las empresas y marcas de que realizaran acciones correctivas para eliminar los abusos.
Los ejercicios se hicieron sobre tres casos hipotéticos de abusos a los derechos laborales que son comunes en el sector de la electrónica de México:
• Contratar trabaja-doras(es) bajo contratos de corto plazo, a fin de negarles derechos de antigüedad y prestaciones sociales previstas para empleados permanentes;
• No tener guarderías infantiles en las fábricas, como lo requiere la ley;
• Cambiar los términos y condiciones de trabajo de un grupo de trabajadoras(es) contratadas directamente, para que se
vuelvan empleadas(os) de una agencia de empleo tercerizada.
En lugar de intentar organizar cada centro de trabajo, CETIEN reúne a trabajadoras(es) de varias fábricas, no sólo de Guadalajara, sino de otros centros de la industria electrónica en otros Estados.
Debido a las barreras institucionales que existen para permitir la formación de sindicatos independientes y democráticos en México, incluyendo la existencia de contratos de protección patronales en la mayoría de las fábricas de electrónica, frecuentemente las trabajadoras(es) han tenido que desarrollar estrategias y estructuras organizativas alternativas, a fin de elaborar y presentar demandas y entrar en diálogo directo con empleadores y marcas compradoras.
El 15 de octubre, miembros de CETIEN realizaron una protesta a las puertas de la empresa Jabil, denunciando el despido arbitrario de 500 trabajadoras(es) y la falta de pago de la indemnización correspondiente. Se dijo que las reducciones de personal se debían a problemas económicos del principal cliente de la empresa, la compañía canadiense de teléfonos Blackberry.
Los manifestantes, que utilizaban máscaras blancas para proteger sus identidades, denunciaron también los cambios arbitrarios en las condiciones de trabajo, incluyendo la reducción de salarios y cambios de turnos, presiones para firmar cartas de renuncia y otros documentos desconocidos, y el traslado de la producción a otras plantas ubicadas fuera de la ciudad.
Después de la protesta, una comisión de las trabajadoras(es) e integrantes de
CEREAL entraron a la planta, acompañados por representantes de la Secretaria del Trabajo y gerentes de Jabil, en un intento de negociar la resolución del conflicto.