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18-08-2006
El 18 de agosto, representantes del gobierno, de empresas fabricantes de confecciones, mexicano, organizaciones laborales nacionales e internacionales, empresas internacionales de marcas líderes, y organizaciones mexicanas de derechos laborales se reunieron en la Ciudad de México para tratar el futuro de la industria textil y del vestido del país después de la eliminación del sistema de cuotas del Acuerdo Multifibra a fines de 2004.
La conferencia de un día, "¿Habrá futuro para la industria textil y del vestido en México? El impacto del fin del Acuerdo Multifibras en la industria y los derechos laborales" fue auspiciada en conjunto por la RSM y la organización mexicana de mujeres MUTUAC.
La reunión pública y los talleres de seguimiento para organizaciones de la sociedad civil de México fueron parte de una serie de actividades relacionadas con la participación de la RSM en el Foro Internacional Acuerdo Multifibras (FIAM), una iniciativa multipartita internacional que promueve prácticas empresariales responsables y respeto a los derechos de los trabajadores en el período post cuotas.
Los oradores en la reunión pública incluyeron representantes de la Cámara Nacional de la Industria del Vestido, el Sindicato Nacional de la Industria Textil y de la Confección S y C de la RM - CTM, la Secretaría de Economía, la Federación Internacional de Trabajadores del Textil, Vestuario y Cuero (FITTVC), el FIAM, Nike, Gap Inc., Levi Strauss, la Iniciativa Regional para la Responsabilidad Social y el Trabajo Digno (IRSTD), y el experto mexicano en derechos laborales Arturo Alcalde.
México es uno de los diez países identificados por el FIAM como particularmente vulnerable en el mundo post AMF. Después de tres años de una pronunciada declinación en empleos - de 2001 a 2003 un cuarto de millón de trabajadores mexicanos textiles y de confecciones perdieron sus empleos - la situación, según estadísticas oficiales, pareciera haberse estabilizado.
Aún así, con el empleo en la industria en general un 33,6% por debajo de su pico de 2000, el nuevo régimen de libre comercio y los cambios anticipados en las pautas globales de inversión y aprovisionamiento siguen produciendo temor de pérdida de empleos en gran escala.
"El fin de los sistemas de cuotas ha sido marcado por nuevos cierres de fábricas, mayor incertidumbre y, con frecuencia, el deterioro de las condiciones de trabajo para los trabajadores de la industria del vestido, especialmente aquellos empleados en las fábricas más pequeñas y subcontratistas," dice Milisa Villaescusa de MUTUAC, una de las organizaciones organizadoras del foro.
No resulta difícil entender por qué el fin de las cuotas recibe atención nacional en México. Con un total de alrededor de de 600.000 empleos (alrededor de un 20% del total de empleos en manufactura), la industria del vestido sigue siendo uno de los mayores empleadores del país, y en algunas partes del país es claramente la mayor fuente de empleos e ingresos locales.
La reunión pública y los talleres ofrecieron a las organizaciones de la sociedad civil de México la oportunidad de interrogar a compradores internacionales que se aprovisionan en el país sobre sus planes para el fututo, así como debatir los impactos actuales y futuros del fin del AMF para los trabajadores de la industria del vestido y sus comunidades, además de posibles estrategias de supervivencia para la industria que incluyan el respeto por los derechos de los trabajadores.
Dice Sean Ansett, Director de Enlaces Globales de Gap Inc.: "En nuestro informe de responsabilidad social de 2004 recientemente dado a conocer, decimos que aunque con el fin del régimen de cuotas tenemos ahora más control sobre dónde hacemos nuestros negocios, no es nuestra intención hacer toda la producción en un lugar. Creemos que necesitamos una red de suministros diversificada para mitigar el riesgo geográfico, incrementar la velocidad de entrega al mercado y envío de la amplia variedad de productos que vendemos en nuestras tiendas. Seguimos también alentando a los productores de confecciones que trabajen con nosotros y con otras empresas para mejorar las condiciones de trabajo en las fábricas de su propiedad, en las que operan o a las que contratan. Con el fin de lograr esto, estamos incorporando estándares laborales directamente en nuestras decisiones de compras."
Y mientras la situación general en México es ciertamente desalentadora - el problema de la competitividad china domina el debate - hubo también consenso de que México seguirá siendo en los años venideros un país productor de confecciones.
Para los dirigentes de la industria mexicana - como, por ejemplo, Tony Kuri Alam, presidente de la Cámara Nacional de la Industria del Vestido - una preocupación importante es la prevalencia de importaciones ilegales en el mercado doméstico mexicano. Según algunas estimaciones, el volumen total de prendas de vestir importadas ilegalmente representa más del 50% de los productos de indumentaria que se venden en el país.
Esta preocupación fue manifestada también por Adolfo Gott Trujillo, secretario general del Sindicato Nacional de la Industria Textil y de la Confección S y C de la RM, afiliada a la CTM. "México ha sufrido debido al contrabando de productos de otros países en el país," dice Gott. "Las empresas y los sindicatos del sector debemos trabajar juntos para demostrar a las autoridades que queremos terminar con el contrabando."
Los sindicatos independientes y las organizaciones laborales mexicanos que participaron tienen mayor preocupación con la situación a nivel de fábrica en las maquiladoras y otras fábricas de confecciones. Argumentan que la situación requiere un debate más amplio que debería incluir temas de representación de los trabajadores - en particular la transparencia de los convenios colectivos - y formas de tratar con la inseguridad laboral.
Se pidió a los representantes de las empresas de marcas que definan su concepto de libertad de asociación en el contexto mexicano. Si la libertad de asociación aparece de hecho en el código de conducta de una empresa, se les dijo, hará falta un considerable esfuerzo para implementar efectivamente esa disposición con el fin de satisfacer los intereses de los trabajadores mexicanos.
Una pregunta sin respuesta es qué pasos estarían las empresas de marcas dispuestas a dar para contribuir a la estabilidad de empleo en las fábricas mexicanas en las que se proveen actualmente.
A pesar de la diversidad de sectores, perspectivas e intereses representados en la conferencia, hubo un acuerdo general sobre la necesidad de una discusión de seguimiento sobre posibles estrategias para la supervivencia y el crecimiento de la industria del vestido mexicana.
"Para sobrevivir, la industria textil y del vestido de México requiere un acuerdo empresarios y trabajadores y el gobierno mexicano para instrumentar mecanismos de perspectivas varias," dice Arturo Alcalde, especialista mexicano en derechos laborales. "Necesitamos llegar a un compromiso de estándares de comportamiento en un lógico de responsabilidad social empresarial y a un mecanismo de inspección y monitoreo para confirmar el cumplimento de esto compromiso. Estos estándares deberían garantir los derechos humanos laborales internacionalmente reconocidos cuyo respecto podría ser un aventaje comparativo de México en la competencia internacional."
Al día siguiente, los participantes en el taller de la sociedad civil trataron sobre la necesidad de ver más allá de sus realidades locales y desarrollar propuestas comunes con el fin de relacionarse efectivamente con la industria y el gobierno a nivel nacional. Decidieron crear una red de grupos laborales de los centros mexicanos de producción de confecciones y colaborar en un proyecto conjunto de investigación sobre los cambios que se están dando en la industria del vestido mexicana, incluyendo la consolidación industrial, los cierres de fábricas, la pérdida de empleos, y los impactos de estos cambios en trabajadores y comunidades.