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Blanca Velásquez, la activista laboral mexicana, habla sobre la necesidad del liderazgo de las mujeres

31-08-2010

En junio 2010, Blanca Velásquez, directora del Centro de Apoyo al Trabajador (CAT), estuvo en Toronto durante la conferencia  "Construyendo la solidaridad con el movimiento laboral democrático mexicano", organizada por sindicatos canadienses y  federaciones sindicales internacionales. Blanca  habló sobre los esfuerzos organizativos en las plantas de autopartes propiedad de Johnson Controls en Puebla. Después de la reunión, Blanca conversó con el equipo de la RSM.

¿Cómo te involucraste con el movimiento de derechos laborales?

En 1999, entré a una empresa  alemana  de autopartes,  Siemens, que era proveedora de  la planta de Volkswagen en Puebla.  Fui parte de un movimiento en el que las trabajadoras logramos que se reconociera nuestro sindicato independiente. Eso creó un precedente importante porque fui la primera mujer líder de un sindicato independiente de autopartes. De ahí realmente me definí como sindicalista; algo cambió en mi vida y sentí que tenía que seguir con este trabajo.

¿Y cómo inició el CAT?

Tiempo después, del AFL-CIO me invitaron a hacer un trabajo de medio tiempo de consultoría e investigación, sobre varias empresas de maquila de confección.  Un compañero del Centro de Solidaridad y yo  llevamos lo que se conoció como la campaña de Kukdong, que fue liderada por puras mujeres.  Después de  8 meses de movimiento, se formó un sindicato independiente,  que fue un referente importante para el sector de la maquila de costura.

A partir de la victoria de Kukdong empezamos a soñar. Sirvió para alentarnos a formar un espacio a donde los trabajadores se pudieran acercar. El 9 de mayo del 2001 nos constituimos como Centro de Apoyo al Trabajador. El CAT va a cumplir 10 años en el 2011.

¿Actualmente qué está haciendo el CAT?

Una  importante victoria fue en la planta Johnson Controls Interiores, en Puebla, en mayo pasado. Los trabajadores hicieron un paro de tres días y lograron un acuerdo con la gerencia que reconoce su derecho a ser representados por el sindicato que elijan. Con el acuerdo lograron un aumento en las  utilidades y que la gerencia se comprometiera a contratar directamente a los trabajadores contratados por agencias.

Pero el trabajo no termina ahí.  Falta que se firme el contrato colectivo de trabajo y falta que sea equitativo,  que se exija una  cláusula que establezca que, por ser  la mayoría mujeres, sean ellas quienes ocupen las carteras principales del comité ejecutivo.

¿Qué ha significado  para ti ser una mujer líder en el movimiento sindical?

Sin duda ha sido difícil. Es difícil que una mujer encaje, sobre todo en estructuras sindicales machistas y especialmente cuando tienes que tomar decisiones. Ha sido difícil para mí porque me gusta aferrarme a lo que creo que va a traer beneficios para todos y todas, porque soy muy fuerte, sensible pero fuerte, y  entonces sí me ha costado muchísimo.

Estoy convencida que, en el caso de los sindicatos que se están formando,  ya no puede solo decirse que se capaciten  las mujeres, sino que  ellas tienen que ocupar los puestos que son ocupados por los hombres.

Vemos que una vez más son las mujeres las que están teniendo muchísimo valor, mucha decisión, a pesar de sus triples jornadas de trabajo, y están al frente de muchas luchas. Pero necesitamos más.

Una parte del trabajo del CAT es sobre el empoderamiento de la mujer. Me doy cuenta  que les es difícil o imposible participar, porque  tienen mucha presión en la casa, con los hijos; quieren estar en este proceso  pero no tienen el tiempo ni el respiro, y además tienen muchas afectaciones psicológicas.  Una mujer así, aunque la animes, la invites, no va a participar porque tiene su autoestima baja.

Creemos que es importante  un empoderamiento mas interno. Para que las mujeres empiecen a hacer un buen trabajo como sindicalistas tienen que reconocerse y encontrarse. Creemos que  cuando las mujeres reconozcan que no solo sirven para hacer la comida y cambiar a los chamacos, cuando sientan que sirven para mucho más, para liderar e incitar a otras trabajadoras, entonces serán las próximas organizadoras que acompañen a otras, e iremos juntas.